Masturbaciones mentales a todas horas a través de sus neuronas genitales pensadoras.
Hacía que mi imaginación se corriera de éxtasis, de placer, no paraba de lamerme el córtex.
Mi correspondencia era cortés y mientras le hacía cortes en la piel susurraba dame mas versos con sabor a miel. Pero no con sabor a ayer, mejor préstame un hielo para derretirlo y eyacularlo todo dentro de los recuerdos dolorosos.
Y así todo el día con este pensamiento borroso, sintiendo mi gozo, a través de estrofas que te hacen volar hasta el séptimo cielo…
Dime qué puede crear mi pene que no sepan crear mis versos…
Escribiendo a pelo, peleando mano a mano con mis sesos.